Crispín está desesperado por quitarse de encima una dama que lleva meses queriendo convertirse en lady Cavratt. Como la joven no consigue su objetivo, decide lanzarle indirectas y algún que otro dardo envenenado. al protagonista no se le ocurre otra cosa que besar a una sirvienta que pasaba por ahí para zanjar la discusión y salvaguardar su orgullo. Pero resulta que la sirvienta es una dama que vive prácticamente en una prisión. Cuando su tío obliga a Crispín a subir al altar, la muchacha ve una salida y un futuro incierto. Pero el enlace tendrá una fecha de caducidad próxima ya que ambos deciden anularlo en cuanto encuentren una salida legal. Ella acabaría con la reputación destrozada y sin un hogar. Mientras demuestran a la sociedad londinense que el suyo es un matrimonio de verdad, Crispín y Catherine empiezan a dudar de la anulación... aunque ninguno lo dirá en alto. Me ha gustado mucho la evolución del personaje de Catherine y la caracterización de Crispín, no es el típico noble brusco y distante. Él intenta desde el primer momento acercarse a la joven y protegerla, que se sienta cómoda e integrada. Es divertido y afable. Solo nos queda esperar por el siguiente libro, espero que sea de Philip (el mejor amigo de Crispín). Como punto negativo, diría que alguna conversación y expresión me ha parecido más actual que de la época. Por lo demás, el estilo de la autora es directo y rápido de leer. Lo leí de un tirón en una noche. Se trata de una novela romántica (clean romance). Por último, me gustaría mencionar las notas a pie de página, ojalá lo hicieran siempre. Algunas ya las conocía pero no está de más leerlas para conocer más detalles. |