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Una novela anticlerical por los cuatro costados. al menos contra la iglesia institucional que tenemos, la de la culpa y no la del perdón, la del eterno contubernio con el poder, la intransigente. Pero no solo es una novela anticlerical, también es un logrado retrato de unos modos y maneras propios de un tiempo no tan lejano que todavía colea, la que en España pintó Galdós o Clarín (con la Regenta guarda un gran parecido temático), sociedades que se encontraban al borde del cambio, que empezaban a despertar de una pesadilla que la iglesia y la aristocracia (en el peor sentido de esta palabra) se empeñaban en continuar. Una historia bien contada, con su principio, sus entretelas y su final. Sin más complicaciones… y sin menos. |
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