Maguerite Duras ha llegado en mi mundo para quedarse. Esta especie de diario íntimo escrito hasta el final de sus días es un grito desgarrador y al mismo tiempo la crónica de una voz que se apaga. Es un monólogo para la toma de consciencia y un diálogo para despedirse. Es pasión. Es angustia. Es amor. Es miedo. Es reproche. Es súplica. Es libertad. Es literatura. |