La ternura

Tenía, quizá, muchas expectativas puestas en esta novela. Me gustaban el título y la historia, una novedad literaria de este mes, pero, según avanzaba, menos encontraba esa supuesta ternura que iba buscando.

Naima y Marco son compañeros de trabajo y, a pesar de su diferencia de edad y de vida, existe cierta atracción entre ellos (que se deja caer en la historia, aunque no ocurre nada que dé pie a pensar en ello). Durante el verano, Marco invita a Naima a pasar una semana de vacaciones al pueblo italiano de su mujer, Elisa, para estar con toda la familia de ella. Pronto, Naima se ve envuelta- aunque de lejos-, en los conflictos de una familia que no es la suya.

Más allá de ahí, no sucede nada. O sí, pero no ha acabado de llegar. Todo se intuye, pero no existe nada que lo confirme. No hay ninguna acción que ha pensar que entre Naima y Marco sucede algo; tampoco que exista una crisis entre Marco y Elisa, y los restantes conflictos entre la familia son habituales, nada de lo que no se haya hablado ya en cualquier otra historia.

He estado buscando entre las páginas una ternura que no llegaba, y no sé si la historia hablaba de ella como algo existente o de su carencia. Una Naima que se siente desubicada en mitad de una familia ajena y en un pueblo lejano. Cuidando, en ocasiones, de una hija que no es suya, pero que tiene el amor y la atención de sus padres.

Un Marco que, quizá, también se sienta extraño entre la familia de su mujer pero que, en principio, no tiene ningún conflicto externo con ellos. Sí consigo mismo, pero a título individual. No lo he encontrado con el resto y, mucho menos, con Naima.

Supongo que la historia intenta contar una supuesta atracción entre ambos a partir de su amistad, que en la sinopsis se define como “un vínculo tan íntimo como extraño a los ojos de los demás que ni ellos mismos son capaces de definir”, pero no he logrado encontrar ni el vínculo íntimo ni la atracción. Para mí, no existe a lo largo de la historia, y tampoco se habla sobre nada en concreto. Son dos personas distintas que no tienen nada en común, y mucho menos un vínculo íntimo. No he visto esa intimidad entre las páginas.

También pretende ahondar en el “infinito mar que esconden las relaciones humanas”, algo en lo que tampoco he conseguido sumergirme. No hay nada especial ni relevante en esas relaciones. No hay desarrollo, no hay explicación y no hay nada que invite a la reflexión.

Acabé la historia exactamente igual que la empecé: buscando algo de esa ternura, esperando que algo me llegara. Pero no ha sido así. Me ha faltado la exploración de los personajes, de las relaciones y el desarrollo de los sentimientos, la premisa sobre la que parte la historia. Me encanta sacar una reflexión de cada historia, pero aquí no la he encontrado.

La seguiré buscando, junto con la ternura, en otra parte.