Su punto de partida es de alto impacto, pero reconozco que se me acabó haciendo un poco cuesta arriba. Acabé sintiendo la misma apatía y desazón que los grises y lacónicos personajes que habitan las páginas de este cómic, a lo que tampoco ayudaba (o sí, porque entiendo que es el objetivo de Nick Drnaso) su dibujo poco detallado, descuidado, y la paleta anodina de colores. En todo caso, es una interesante reflexión sobre la sociedad contemporánea, donde la depresión está a la orden del día, y sobre el momento distópico en que vivimos, en el cual ya sabe a ciencia cierta si lo que ve en Internet es real o no.
|