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La novela nos cuenta la vida de la princesa Natalie de Lusignan, duquesa de Sorrente, durante el período de la ocupación nazi de Francia. Así, a través de este punto de partida la autora nos muestra cómo afecta la guerra a la sociedad de alto copete francesa, para los que la guerra en ningún momento parece resultarles una tragedia humana, sino un elemento que les ha obligado a abandonar sus hábitos y fórmulas de entretenimiento (salir a cenar, ir al teatro, viajar...): "la guerra, para los Sorrente, supone por encima de todo complicaciones domésticas" (p.40) o "la guerra conlleva, para ella [Natalie], la privación de París y de su vida de antes. Dicho de otro modo, una pesadilla. Ah, ojalá vuelva la paz aunque sea gracias a Pétain, aunque sea gracias a Mussolini, pero sobre todo que vuelvan los tiempos de las fiestas, que pueda volver a lucir sus vestidos y, por qué no, volver a seducir" (p.52). Ahora bien, toda esta pasividad de Natalie ante lo que está sucediendo en Europa llegará a su fin cuando se revele un secreto familiar que ha permanecido oculto durante décadas. ¿Cómo afectará dicha revelación a Natalie? Como dijo Javier Marías: "no he querido saber pero he sabido". La revelación como detonante. Ha sido esta la primera novela que leo sobre la segunda Guerra Mundial desde la perspectiva de la alta burguesía, de los que son indiferentes a la realidad y, la verdad, me ha gustado bastante. |
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