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Así que llegas a casa y un loco que dice ser tu marido te pide que lo esperes en la habitación, que enseguida sube contigo y con tu hijo. ¿Cómo reaccionarías? Me da que entrarías en pánico, del mismo modo que la protagonista de Phobia. No sabes quién es ese tío ni qué quiere de tu familia, pero que él esté en tu casa solo puede significar una cosa: Algo le ha pasado a tu marido, el de verdad. Espera, no. Que no es el tuyo, sino el de Sarah. Pero la historia mantiene una tensión constante e invita a divagar, a pensar en qué harías tú de estar pasando por una situación similar. Es normal que el miedo se apodere de Sarah y más cuando este desconocido empieza a dar señales de estar obsesionado con ella, de conocer cada uno de sus pensamientos y secretos mas íntimos. ¿Hay algo peor? Pues sí: La policía no la cree. Con este ritmo empieza una novela que, aunque con altibajos, mantiene muy bien la inquietud del lector y su creciente interés por saber en qué acabará todo. Los personajes evolucionan (Algo que siempre me encanta) y se van descubriendo delante de nosotros para intentar hacernos cambiar de bando. Ya sabéis, los malos no siempre son tan malos o al menos eso es lo que al autor le gusta hacernos creer. ¿Pegas? Las mínimas, pero siempre habrá alguna. El hijo de Sarah pudo tener un papel mucho más relevante y aunque en varias ocasiones se insinúa lo cierto es que no llega a tener grandes aportaciones a la trama, tan solo en los primeros capítulos (Por cierto, tan cortos que en cualquier rato libre que tengas puedes animarte a leerlo). Tampoco me terminó de convencer la dualidad del antagonista, y es que aunque él mismo justifica gran parte de sus acciones en uno de los mejores capítulos de la novela, hay otras a las que no les veo ni pies ni cabeza. Pero oye, quién soy yo para cuestionar las decisiones de un pirado... ¿O no está tan loco como parece? Los miedos tienen una importancia decisiva durante toda la historia, aunque el libro no busca contagiarte su angustia ni asustar. En todo caso, persigue involucrarte en la trama y que profundices en tus propios miedos, los personales, los que ya estaban ahí mucho antes de leer el libro. Una vez más tenía la impresión de que la estructura de la novela estaba hecha para llevarla al cine, con saltos de unos personajes a otros para mantener la tensión y revelarnos la información justa y necesaria. Es indiscutible que la novela consigue atrapar y mantener sus secretos bajo llave de principio a fin. Hay muchos cliffhanger (Que para el que no lo sepa, consiste en hacer que el capítulo acabe mal para que quieras seguir leyendo más) pero sin abusar, en su justa medida. ¿Y al final? Un giro de tornas que te hará replantearte todo lo que has leído antes, incluso tu propia forma de vivir la vida y de justificar tus acciones. de interpretar tus miedos. de tomar decisiones. Como un cuento con moraleja pero por descontado, para adultos muy adultos y con hambre de novela negra. Enlace: http://elcuervodealasrotas.b.. |
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