La localización ya me gana de por sí, esas mezclas culturales, que tan interesantes hacen a una sociedad. Pero además esta narración empieza en la previa al conflicto y esa es la verdadera historia, ver cómo evolucionan sus vidas. Al inicio podría ser cualquier localidad con la que empatizamos y nos vemos reflejados, con un vecindario habitual, con sus problemas cotidianos. Pero... comienza la guerra y no se sabe muy bien cómo, las relaciones cambian. Primero es un distanciamiento, al que va dando paso el odio, rencor, celos, el aislamiento va llegando y nada es, ni volverá a ser lo que era. Poca solidaridad queda ya, ni sentido común, desplazados, afrentas insalvables y... varios nuevos países a los que les toca reconstruirse de fragmentos, pero no por los restos de la guerra, sino porque las personas que quedan, son retazos de lo que eran. |