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Crítica de Ros


Ros
11 May 2023
Estamos ante un excelente relato corto de Dickens, publicado en 1866 en la revista literaria All The Year Round, dirigida y fundada por el propio escritor.

Es un relato en el que desde el principio y hasta su final, nos mantiene expectantes, pues la intriga y el suspense es constante, acrecentándose desde el mismo momento en el que el guardavía comienza su diálogo.

Nos vamos a encontrar una historia con tan solo dos personajes fundamentales, que requieren nuestra absoluta atención. pues se trata básicamente, de un cara a cara entre los dos protagonistas.

Por un lado, como el título nos propone, se centrará en el guardavía, dedicado al trabajo que requiere el túnel y el paso del tren, cambiar las señales, arreglar las luces y girar la manivela.

Por otro lado, el narrador, un caminante que se detiene a observar al guardavía y se decide a llamarlo desde arriba, hasta llegar a hacerle algunas visitas en las que el guardavía, al principio un tanto esquivo y distante, pero después más cercano, le narrará lo que realmente está viviendo y le preocupa: La visión de un espectro que anuncia muerte.

Y sí, así es como se puede considerar, una obra de terror, aunque un terror totalmente psicológico, que nos va guiando poco a poco por un camino nada fácil, representado por la dificultad del narrador para acercarse al túnel, en el que permanece el guardavía.

Además, la oscuridad del túnel así como la escasa luz y la noche, también nos dan las pinceladas necesarias para situarnos ante una narración que se forja en un túnel , donde un espectro, poco claro, aparecerá y desencadenará un final que, aunque esperado, nos deja absolutamente consternados.

Por lo tanto, podemos decir que la peculiaridad del relato consiste en que no se muestra el terror de forma explícita, sino que pretende influir en la forma de pensar del lector mediante el terror psicológico hasta causar desasosiego y desconcierto.
Un desasosiego, afortunadamente, creado a propósito por el escritor, un genial escritor que sabe como crear tensión.

De aquí la importancia de observar desde la lejanía la posible aparición que desencadenará todo lo que ocurre.

Pero el protagonista narrador y visitante del guardavía no está convencido del relato del guardavía y desea que sea visitado por un médico que le ayude. Sin embargo, todo se precipitará.

La tensión que se crea, se desencadena desde el primer momento, y asistimos en cada frase, en cada párrafo, al terror que vive el guardavía observando angustiado el túnel.

Ese túnel que será también un protagonista donde en todo momento, se hace presente y no lo olvidamos y donde la muerte acecha constantemente. Y ¿qué ocurrirá?

A pesar del escepticismo del narrador y visitante del guardavía, con el que nosotros, como lectores, también nos posicionamos, todo parece estar dispuesto para un desenlace que, aunque nos parece que no sucede nada extraño ante las visiones del guardavía, todo parece prepararse para que lo que no acaba de suceder, suceda.

La reflexión también es importante, así como el estilo realista, además de ser un ejercicio insuperable de este magnífico escritor, que sin perder su elegancia concibió este inquietante relato.

Entre los relatos victorianos de fantasmas, es uno de los grandes y mejores de la época. Magistral.
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