Cómo bien dice el autor hacia el final del libro, esto está lleno de mentiras. No por nada, sino porque la historia ha relegado la posición de las mujeres a un segundo plano y, tras tantos años, lo que ha perdurado es poco y muy sesgado. Igualmente, se disfruta mucho. El lenguaje es fresco plano, cómo si te estuvieras tomando unas cervezas con la otra persona. Entretenido y lúdico y quién sabe, a lo mejor alguna de estas interpretaciones se acercan a lo que fue. |