El fin de la historia

Hay muchas cosas que Emma Marina no recuerda de su madre, que murió cuando ella tenía doce años. Pero de lo que sí se acuerda es de las historias que su madre le contaba sobre el gran lago que parecía no tener fin, de agua fría y cristalina y con árboles cubiertos de musgo en las orillas. Ahora solo están Emma y su padre y viven una vida tranquila, aunque bastante predecible... hasta que, inesperadamente, Emma tiene que pasar el verano con su familia materna, a la que no ha visto desde que era pequeña. Con su padre lejos de viaje de luna de miel y su abuela también en otra parte del mundo, cuando Emma llega a Lago Norte, se da cuenta de que en realidad está formado por dos comunidades completamente distintas. Su madre se crió en el Lago Norte de clase trabajadora, ese lugar que siempre poblaba los cuentos que, de pequeña, le contaba antes de irse a dormir. El lago infinito está ahora delante de sus ojos, pero el cuento únicamente llegaba hasta allí, lejos del negocio familiar en el que ahora Emma estaba totalmente sumergida. Por otro lado, su padre pasaba las vacaciones en el Lago del Norte, el lugar de veraneo de las clases pudientes, donde los ricos se reúnen cada verano y donde las fiestas con banquetes exquisitos se realizan cada noche. Cuanto más tiempo pasa allí, más consciente es de que también ella está dividida. Para su padre, es Emma. Pero para su nueva familia, es Marina, como siempre la llamaba su madre. Y, ahora, tendrá que decidir a qué nombre se agarra una vez termine ese alocado verano.

Todavía estoy pensando en qué he hecho en estos últimos años desde que me abrí el blog y me metí de lleno en el mundo literario para no haber leído hasta ahora a Sarah Dessen. ¿Por qué demonios no lo he hecho antes? ¿Dónde me encontraba cuando la autora estaba por todas partes y la veía por cada rincón? Es que hasta he tenido en mis manos y en casa algún que otro libro de ella, pero siempre lo había descartado y, al final, lo donaba, lo regalaba o lo intercambiaba. Lo que me he perdido hasta ahora, en serio. Sarah Dessen jamás ha estado dentro de las autoras que tenía que leer y, a partir de ahora, lo estará. Eso os lo aseguro. Siempre he dicho que hay libros que tienen que aparecen en tu vida cuando menos te lo esperas, en el momento adecuado, y El fin de la historia creo que ha hecho justamente eso conmigo en los últimos días. Reconozco que no es un libro trascendental, no es lo mejor que se ha escrito, es una historia de lo más normal, pero la delicadeza y los momentos tan mágicos que tiene en algunas ocasiones es lo que realmente necesitaba en estos momentos. Incluso he de confesar que no estaba completamente segura de aceptar la colaboración que desde la editorial me proponían con este libro y ahora veo que me hubiera arrepentido mucho si hubiera dicho que no. Me ha encantado este nuevo descubrimiento.

Narrado en primera persona y siempre desde la perspectiva de nuestra protagonista, Emma Marina, El fin de la historia es un libro sobre la familia, el perdón, el pasado, el duelo, el reencontrarse con la persona que siempre has querido y has creído conocer para descubrir su auténtica verdad mientras, por el camino, te descubres a ti misma. No sabéis lo bien que me lo he pasado leyendo un libro que, desde el primer momento, me ha tenido completamente enganchada a sus páginas y anhelando regresar a él en cuanto pudiera. El libro comienza con una introducción bastante rápida y directa, conociendo ya a Emma Marina y su alrededor. Sus amigas, su situación familiar, pronto vamos a descubrir la conexión que siempre ha tenido con una madre que, a causa de la adicción, falleció hace unos años, trastocando completamente su vida y la de su padre. Poco a poco va recuperando la normalidad junto a su abuela y su nueva madrastra, pero el verano que se le avecina no dejará que su unión con su madre termine tan rápidamente.

Creo que El fin de la historia tiene todos los ingredientes necesarios para ser un libro interesante, profundo y de esos que te gustan sí o sí. Desde que comienza la lectura, ya partimos de una situación que habla sobre los problemas de salud mental, los errores y las adicciones a diferentes drogas, creando ese escenario posterior sobre el que Emma Marina va a viajar dentro de la vida de su madre, partiendo de un desconocimiento global que nos envuelve también a nosotros como lectores y, así, tener desde el principio a un personaje misterioso que es el que se encargará de darnos una trama envuelta de secretos familiares y de presentarnos a todo el elenco de personajes que realmente van a dar vida a la lectura a partir de ese momento. Y no sé cómo lo ha hecho Sarah Dessen, pero desde que Emma Marina está con su familia materna yo me he sentido una más dentro de ese grupo tan variopinto. He disfrutado cada momento que ella ha pasado conociendo y descubriendo a una familia que, siempre, ha estado oculta en su vida, acompañándola en la verdadera historia de su madre y dentro de una perspectiva que, lejos de la que tiene su padre y siempre le ha mostrado, nunca había conocido. Momentos tiernos, más cómicos, dulces y serios, son muchos los estados por los que Emma Marina va a pasar mientras se gana la confianza de los demás y, sobre todo, mientras va encontrando su hueco en el lugar que siempre ha permanecido a su espera. Por ello, El fin de la historia es una lectura super cómoda, ágil, agradable, teniendo momentos de algo más de tensión, de problemas, complicaciones y de peleas, una carga emocional que trata también de manera breve pero exacta los temas de los prejuicios y los estereotipos, un libro que nos mantendrá pegado a sus páginas gracias al ir conociendo poco a poco a los familiares de Emma Marina, sus primos/as, sus tíos/as y su descendencia, a la vez que se mete en situaciones para sacarnos alguna que otra sonrisa o reír a carcajada limpia mientras, por otro lado, un romance se va fraguando poco a poco y ella evoluciona y avanza hasta descubrir quién es realmente para poner las cosas en su sitio y por su nombre. Con algún que otro giro en los acontecimientos que le dan a todo un toque más rápido, de meternos en situaciones peliagudas pero siempre manteniendo un tono cómico, poco a poco vamos abriendo los ojos para dejarnos, al final, una reconciliación con la que aún queda trabajo por hacer pero que, sin dudarlo, me ha dejado con ganas de seguir leyendo más y más y con la sensación de no querer despedirme de estos personajes, este verano y esta historia.

La historia de la madre de Emma Marina va a ser el tema principal del libro y, sinceramente, creo que la autora ha acertado completamente con ello. Desmenuzar poco a poco a ese personaje, hace que todo cobre una profundad muy guay y que, personalmente, me ha encantado. Ver distintos comportamientos, tener pedazos de una historia desconocida, con ellos vamos a ir resolviendo a medida que las páginas avanzan ese puzzle con mil preguntas. Además, y como ya os he dicho, va a ser la figura de la madre de Emma Marina la que comience a tratar los diferentes temas con los que viene el libro. Las formas que hay de enfrentarse al duelo, de perdonarse los unos a los otros, de arrepentirse y de empezar a hacer las cosas bien, sobre todo se trata de quitarte esa venda que mantenía tus ojos cerrados y centrados en una idea equivocada, dejándonos con el mensaje de que no debemos juzgar a los demás por sus actos sin conocer realmente lo que se esconde detrás de cada uno de ellos. Hay subtramas muy duras y complicadas que desestabilizan, que te pierden del todo, por el que la vida se hace una montaña infinita cuesta arriba. Muchas veces me ha cabreado el comportamiento del padre de Emma Marina, pero incluso hasta él se empieza a dar cuenta de que no debemos meter en el mismo saco a personas diferentes solo por os antecedentes y el dolor provocado por alguien a quien siempre has amado.

El único punto negativo que le voy a sacar al libro es relacionado con el tiempo y algunos detalles de los personajes. Comenzando con lo primero, a veces me encontraba escenas en las que el tiempo pasaba como muy deprisa sin ni siquiera notarse. de un capítulo a otro pasamos a estar dentro de las vacaciones que han surgido inesperadamente para, al capítulo siguiente, estar ya en su final. Algo brusco que, además, ha propiciado a la segunda cuestión que os he dicho. Estos saltos temporales ha hecho que, a veces, se quedara una sensación rara a la hora de conocer la verdadera historia de la madre de Emma Marina, como que faltaba más información, escenas más largas o más pausadas que nos contase mejor todo ello. En algunas ocasiones parecía que todo corría demasiado y no se le daba la importancia que necesitaba, colocando ahí esa neblina que no ha trascendido a algo más grande pero que ha impedido que la trama corriera adecuadamente.

Con todo esto, El fin de la historia es un libro que recomiendo encarecidamente para leer en verano, invierno, primavera, otoño o cuando queráis. Con una protagonista que evoluciona y una familia única, os lo vais a pasar genial indagando en su historia familiar mientras os enamoráis del ambiente, sus personajes y disfrutáis de un romance corto, sí, pero muy dulce y adorable que, además, os dejará con ganas de mucho más.