Hay algo matando niños nº 04

Sigo con la lectura de esta magnífica serie de terror protagonizada por Erica Slaughter, y este tomo concretamente sube de nuevo el listón al contarnos la historia de la propia Erica, cómo se convirtió en miembro de la casa Slaughter y en qué consiste esto exactamente.

Como decía en el párrafo anterior, el cuarto tomo se dedica por completo a contarnos los orígenes de la protagonista, que vio cómo uno de los monstruos (y no de los fáciles precisamente) mataba a su mejor amiga y sus padres. Mientras todo sucedía ella se escondió en el armario sujetando con fuerza su pulpo de peluche, pero finalmente salió a plantarle cara y logró hacerlo hasta que llegó Jessie, una de los miembros de la Orden del dragón que le ayudará a terminar con él y encerrarle en el pulpo.

Como Erica se ha quedado huérfana y además ha logrado hacer frente al monstruo, Jessie decide convertirse en su mentora y llevarle a la Casa Slaughter, aunque esto no sea bien visto por muchos de sus compañeros. de modo que, lo que no nos habían contado en el arco argumental anterior, empezamos a descubrirlo aquí: de qué modo llegan los miembros de la Orden a ser parte de la misma, las “casas” que la componen y a qué se dedica cada una de ellas, el rito de iniciación que han de pasar para empezar la formación (y que muchos no consiguen superar), etc.

Hay en este tomo muchos puntos que recuerdan a otros que tratan temas de descubrimiento de uno mismo, lucha contra miedos y superación de los mismos, lo que hace que estemos cómodos en el relato que nos transmite. Lo más interesante es que, aún siendo una historia de terror, este es más psicológico, de ahondar en el personaje y su soledad, de tratar de entender su transición a la edad adulta a través de ese cruento rito de iniciación de la Casa Slaughter. Conociendo los orígenes del personaje somos también más capaces de entender quién es Erica en el presente que nos presentó el primer arco argumental de la serie. Y, como siempre, todo ello viene acompañado por un dibujo que es una auténtica pasada, da gusto seguir su juego de viñetas y el uso del color que hacen.