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No es una narración formal, no es una historia relatada de una forma ordenada; es una pesadilla continua rodeada, en contadísimas ocasiones, de algo de esperanza y un poco de luz. En 1942 Charlotte Delbo y su marido fueron detenidos por fuerzas de la ocupación alemana en Francia por pertenecer a la resistencia. Fue encarcelada el 23 de mayo, el mismo día que fusilaron a su marido. "Niguno de nosotros volverá" es el testimonio de Delbo durante los veintisiete meses de su cautiverio en diversos campos de concentración, principalmente en el de Auschwitz-Birkenau. "Hoy no estoy segura de que lo que escribí sea verdad. Estoy segura de que es verídico" Con un estilo repetitivo, febril y austero, recorre sus días de tortura continuada. Las voces de sus compañeras, lastimeras, soñadoras, entristecidas, unidas por el mismo horror de hambre, sed, fiebres, piojos, cansancio, diarreas, se sujetan unas a otras, se ayudan a continuar para escapar de la pesadilla que les envuelve. A pesar de esto, la fuerza de supervivencia ataca en ocasiones librando la batalla contra el más débil. [...]entre los sollozos del viento, estertores. Ahogados al principio, luego nítidos, luego fuertes, tan fuertes que el oído que quiere situarlos los oye[...]Las compañeras de la moribunda, bajo los golpes de Stenia, la llevan fuera. La tumban en paralelo al muro, con la mayor delicadeza posible, y regresan y se acuestan[...] En muchos momentos la consciencia del sufrimiento les ahoga arremolinadas entre golpes y correazos, entre gritos de correr, correr, mientras intentan escapar de los bastonazos repetidos a lo largo de un día exhausto, que no acaba nunca. Y así uno tras otro, sin diferencias, sin saber si llegará un final que las liberará del horror; la muerte o la libertad. "Ninguno de nosotros debería haber vuelto" El lamento de una mujer que consiguió resistir mientras otras quedaron atrás. |