Ninguno de nosotros volverá

Mujer y roja, no había más excusa para deportar a Charlotte Delbo a un campo de concentración alemán. Después de despedirse de su pareja, al que fusilaron en la cárcel, Charlotte fue llevada junto con doscientas treinta presas francesas al campo de Auschwitz-Birkenau.

En este libro nos cuenta su paso por el horror de aquella experiencia y pone voz a las que no pudieron sobrevivir para contarlo. A través de una mezcla entre ensayo y poesía, Charlotte nos habla de estas vivencias y de las mujeres con las que compartió el miedo y la angustia durante el tiempo que las tuvieron allí encerradas.

No hay que dejarse engañar por la manera poética de narrar de Charlotte Delbo, porque el horror que cuenta no tiene filtro alguno, no se ahorra ningún detalle escabroso o desagradable. O lo tomas o lo dejas. Pero no puedes dejarlo, no puedes apartar la mirada, porque Charlotte y el resto de mujeres merecen que se sepa el horror por el que pasaron. Francesas, luxemburguesas, polacas, checas. Mujeres mayores, jóvenes, niñas. Un número sin identidad en un lugar peor que una cárcel.

Cuando leo esta clase de vivencias me pregunto cómo es posible que haya gente que mire hacia otro lado, que deje que esto pase. Es macabro saber que esto ha sucedido, y espeluznante el pensar que puede volver a pasar.

Un libro necesario, recomendable, al que hay que hacer hueco en nuestras estanterías. Porque Charlotte y el resto de personas que vivieron el terror de los campos de concentración no merecen menos.