La mujer que no envejecía

Se trata de una novela corta que se lee bastante rápido. Con capítulos muy cortitos, bastantes diálogos que hacen más ágil la lectura y personajes muy variopintos como su mejor amiga, Odette.
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Con treinta años Betty no envejece, al menos su belleza no se ve afectada. No tiene arrugas, ni canas, ni bolsas bajo los ojos.
Pero el resto, sí.
Su padre, su marido, su hijo. Para ellos el tiempo sigue corriendo.
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Destaca cómo la apariencia física es algo importante en nuestra sociedad. Veremos a Betty con su hijo y ambos tendrán la apariencia física de dos jóvenes de treinta años y cómo los tomarán por pareja.
Cómo la vejez es necesaria.
Y cómo llegar a ella, un triunfo.
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Es interesante ver cómo algo tan deseado, como es el verse joven, puede llegar a afectar negativamente cuando no concuerda con la edad que tienes realmente. Cómo la "eterna juventud" no va de la mano de la eterna felicidad. Cómo por el camino cambias las arrugas por la infelicidad.
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Si hay algo que no me ha gustado es que está ambientada en Francia y hay muchas referencias a programas, personajes y lugares que me son desconocidos con lo que me ha costado conectar con la historia un poco.
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Sin más, es una historia interesante de leer y entretenida. No puedo decir mucho más.