El coleccionista de huesos

Tenía 8 años cuando se publicó este libro. Estoy segura que si lo hubiese leído a esa edad hubiese quedado traumatizada de por vida. Igual que hoy, a mis 32 años.

Bromas aparte, ¡cómo disfruté de esta historia!

Peeeero, como siempre debe haber un pero, al principio fue todo muy aburrido. Palabras forenses y vocabulario científico a diestro y siniestro. Daba miedo leer eso.

Muchas palabreja medica sólo para que el ego del autor se inflara porque ”sabe de lo que habla” me pareció todo muy presuntuoso, pero claro, está la otra parte, la parte de “escribo cosas difíciles de entender pa'que encaje con el personaje principal” Lincoln Rhyme, un tetrapléjico sin mucho que hacer más que desear acabar con su sufrimiento. Había que dotarlo de algo que lo caracterizara de los demás criminalistas más famosos de la literatura de aquella época y de la actual.

Y no solo eso, sino de la otra parte, la que se parece bastante a cierto personaje creado por cierto autor de apellido Doyle.

Me encanta el arquetipo de Sherlock Holmes qué quieres que te diga, todos los que existan, a excepción claro, de “Elementary”, esa serie no había por donde pillarla.

Sí, Lincoln Rhyme es otro Sherlock pero más cruel y con un punto de ironía que no había visto yo en mucho tiempo. Watson, digo, la agente Amelia Sach, una poli buena que vive por y para los ciudadanos, tiene un sentido de la justicia inquebrantable… sólo hasta que aparece el buen señor Rhyme y le estropea el día.

Y el caso que me llevó a comprar (En Amazon España sigue a 5 euros, aprovechen) una persona que mata y colecciona huesos humanos.

Aquí hay de todo: desde venganza hasta ratas y perros sarnosos y hambrientos de comida. Los de mente más aguda sabrán a qué clase de comida me refiero.

Es una novela que desde el primer párrafo hay carrerilla. Aquí no hay tiempo para detenerse con desarrollo de personajes o para hilar la trama y adornarla con detalles sin sentido. El autor va a lo que va. Te presenta el contexto y los personajes sobre la marcha y lo hace muy bien. Que sí, que a veces, muchas veces, te pierdes si no has viajado a Nueva York ni por Google Maps, pero obviando esos detalles, la novela se disfruta.

¿Lo malo? Que el segundo libro “El bailarín de la muerte” está descatalogado, como toda la serie de Lincoln Rhyme. ¿Lo bueno? Es que este título y toda la serie está en Kindle… en inglés.

Un detalle que me parece curioso es que, después de tantos años el autor haya publicado otro libro de la serie hace poco. Espero que lo traigan en castellano y se vuelvan a editar esos libros, porque, si el autor sigue sacando libros de Lincoln y Amelia Sach significa que la serie sigue estando buena. Crucemos dedos.