Nunca Jamás. La última hada

Esta novela me ha callado la boca en todos los sentidos posibles. Me explico: cuando lo recibí, pensé que seguramente sería demasiado infantil para mi, que a lo mejor me iba a costar algo más leerlo...¿pero sabéis qué? A medida que lo comenzaba, ese pensamiento se me fue yendo de la mente, solo quería leer más y seguir pasándomelo así de bien.

Es de esas historias que te invita a soñar, que te tiende una mano para perderte una vez más en el mundo de la magia y las aventuras. Es imposible resistirse a la trama, pues esas 400 páginas se quedan en nada. Te lo has acabado y ya quieres más, me encanta cuando un libro tiene ese poder sobre el lector.

Los personajes se han ganado mi corazón por completo, sobre todo Jack, que seguido de Alistair han sido los que más me han gustado, sin duda. El sentido del humor tan fresco, tan Disney, tan cercano, me ha parecido lo más. ¿Conocéis Los Descendientes, verdad? Pues al libro le falta cantar para ser tan genial como ellos.

No dejo de recordaros de que es una novela de fantasía juvenil, ambientada sobre todo en los primerizos lectores de este género. Las historias que que transcurren dentro de otras historias a su vez, a mi me encantan, sobre todo porque la protagonista ha estado sintiendo lo mismo que nosotros. ¿Estar dentro de su saga favorita, conociendo a sus personajes? ¿Perdona, dónde se firma para eso?

Melissa de la Cruz tiene el don de escribir para un público joven, pero también con esa gracia para hacer que adultos y todo tipo de lectoras se sientan atraídos y que todos puedan disfrutar de las locas aventuras de los personajes. Deseando poder ponerme con el segundo, que por suerte, ya lo tengo en mi poder. Nos vemos en los mundos de Nunca Jamás, chusmis.
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