Aurelia o el sueño y la vida

Cuando el alma flota insegura entre la vida y el sueño, entre el desorden de la mente y el retorno a la fría reflexión, es en el pensamiento religioso donde deberíamos buscar algún consuelo; yo no he podido encontrarlo nunca en esa filosofía, que no nos ofrece sino máximas de egoísmo

Ni el mismo Dios puede hacer que la muerte sea la nada

¿De dónde venía aquella voz que resonó tan dolorosamente en medio de la noche?

Me reproché, no el haberla olvidado, sino el haber ultrajado su memoria evadiéndome entre fugaces amoríos

Al dirigir la mirada en torno mío, me di cuenta de que el jardín había adquirido el aspecto de un cementerio. Entonces oí unas voces que decían: "¡El Universo está en la noche!"

Rompí a llorar desconsolado como ante la evocación de un paraíso perdido, pues sentí amargamente que sólo estaba allí de paso, en aquel mundo a la vez ajeno y querido, y la idea de regresar a la vida me estremeció

Formaban una especie de familia celestial y primitiva cuyos ojos sonrientes buscaban los míos con una dulce compasión

La única diferencia que había para mí entre sueño y vigilia era que, en esta última, todo se transfiguraba ante mis ojos; cada persona que se me aproximaba parecía transformada

Se mostró sensible a lo que le había escrito, pero no disimuló su desconcierto por mi fervor repentino

Describía como estado permanente de mi espíritu lo que no era sino febril excitación