Olivia, después de un año de la muerte de su marido, decide volver a la casa de Asturias para vaciarla y venderla, y así intentar pasar página definitivamente. A esta dura situación emocional habrá que sumarle la presencia de una voz que no para de escuchar y que le alerta de ciertos peligros. Allí conocerá a Jaime, quien, junto a sus hijos Lea y Mateo, aliviará en gran medida el dolor de Olivia. Camilo es un extraño lugareño que vive solo. Compartía la afición de las motos con el marido de Olivia. Su carácter huraño y antipático se ve acrecentado cuando ella está cerca. Contada en primera persona desde la visión de Olivia y en tercera desde la de Camilo, nos va sumergiendo en una historia al más puro estilo Domestic Noir que me ha gustado bastante. Los capítulos son cortos y van saltando en el tiempo, lo que hace que puedas ir descubriendo las motivaciones de los personajes poco a poco manteniendo la tensión hasta el final. De lectura ágil y sencilla, por lo que es ideal para leer en un fin de semana o entre novelas de otro género a modo de desconexión. Un thriller con tintes paranormales que no te dejará indiferente. |