No huyas

Érase una vez un libro escrito por Sandrone Dazieri, (su nombre real es Roberto Recchioni, nacido en 1964 en Cremona, Italia), un autor y editor italiano conocido especialmente por sus contribuciones al género de thriller y novela negra que se inició en el mundo literario a mediados de la década de 2000, ganando reconocimiento con su serie de thrillers protagonizada por los personajes Colomba Caselli y Dante Torre.

Érase una vez un libro cuyo título en la versión española resuena con coherencia, ya que es mencionado explícitamente en un instante crucial de la narrativa y revela su pleno significado casi al concluir la misma. No obstante, mi preferencia recae en la denominación original: "Il male che gli uomini fanno" (El mal que hacen los hombres), pues encapsula la esencia misma de la novela. Esta frase, extraída del discurso de Marco Antonio en el funeral de Julio César, de la tragedia del mismo nombre de Shakespeare dice así: “El mal que hacen los hombres les sobrevive. El bien queda frecuentemente sepultado con sus huesos”.

Érase una vez un libro cautivador que comienza con el secuestro de una adolescente de dieciséis años, justo frente a su hogar en una zona rural y apartada. La joven es llevada inmediatamente en una furgoneta hasta un edificio desolado, donde se la somete a una intervención quirúrgica brutal que anula por completo cualquier opción de escape, dejándola con la ineludible sensación de que sus posibilidades de sobrevivir son mínimas. Francesca Cavalcante, la tía de Amala, es una abogada que, hace treinta años, defendió sin éxito al Perca, quien fue condenado y falleció tiempo después en prisión. Siempre estuvo convencida de la inocencia del Perca y teme que el verdadero culpable sea el responsable del secuestro de Amala, una sospecha compartida por Gerry Peretz. Este individuo, que se presenta como turista israelí, llegó a Italia inmediatamente después del secuestro y está dispuesto a hacer cualquier cosa para hallar a la joven. Las investigaciones de ambos nos conducirán a las que, tres décadas atrás, llevó a cabo Itala Caruso, una policía apodada La Reina y líder de una red de corrupción. Caruso recibió la orden de encontrar o fabricar pruebas para encarcelar al Perca y, a pesar de sus reticencias, no pudo negarse.

Érase una vez un libro que más allá de lo que a priori parece, porque inicialmente podría parecer una trama convencional, la típica historia de un psicópata cuyos motivos se revelan poco a poco, y cuya aprehensión involucra a un grupo diverso de individuos que se esfuerzan denodadamente por dar con él y salvar a su víctima , rápidamente se amplía y nos lleva por caminos imprevisibles, explorando conexiones intrincadas y presentando una denuncia firme y convincente sobre aspectos políticos y sociales relevantes. La trama se desenvuelve con giros inesperados, agregando capas de profundidad a medida que la historia se desenvuelve en dos contextos históricos entrelazados.

Érase una vez un libro cautivador que te atrapa sin remedio. Nos sumerge en dos historias entrelazadas llenas de misterios, conspiración y riesgos. Simultáneamente, nos envuelve en una relación claustrofóbica y aterradora sobre el secuestro y la lucha por la supervivencia de una joven. Como telón de fondo, encontramos el retrato de una nación sumida en la corrupción y sometida a los poderosos, aunque aún persiste la posibilidad de redimirse moralmente a nivel individual.

Érase una vez un libro que cuenta con unos personajes que se caracterizan por su autenticidad y carecen de convencionalismos o estereotipos. Sobresalen Francesca e Itala, con toda su riqueza de matices y complejidades, ya que se nos presentan como dos mujeres llenas de resolución y personalidad, unidas por el firme propósito de descubrir la verdad y buscar la justicia. En contraste, Amala emerge como la genuina heroína de esta historia, encarnando la inocencia a pesar de encontrarse en una situación de víctima. No obstante, Gerry se lleva la palma porque, además de genuino, es sorprendente en cada escena.

En definitiva, érase una vez un libro que no deberías perderte (y si eres de los que lo cierras cuando llegas a los agradecimientos, no lo hagas, pues hay un extra soberbio), no solo porque su estilo es impecable y su ritmo convulso, capaz de mantenerte en vilo y generarte expectación en todo momento, sino porque es capaz de aunar distintos géneros, representados cada uno de ellos en las tres protagonistas, por el modo en el que explora la psicología de sus personajes, añadiendo una profundidad a la historia inaudita o porque es capaz de hacerte meditar sobre los límites del mal, en toda su extensión, porque es una historia imprescindible y fascinante.
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