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Nos adentramos en una historia narrada a dos tiempo y con dos protagonistas, que tienen más en común de lo que podría parecer a primera vista. Rory Grant es una joven artista cuyo prometido, ha desaparecido durante una misión humanitaria ¿Secuestrado? ¿Muerto? Nadie lo sabe. Tras meses de muerte en vida, Rory decide avanzar lentamente, creando su propia galería de arte. Solinne Roussel es la heredera de una magia, lidaga a los vestidos de novia. Tras huir de París durante la Segunda Guerra Mundial y perder a su prometido en ella, decide asentarse en Boston y crear su tienda donde compartir su magia. Pero un incendio arrasa la tienda de Solinne y años después, Rory decide alquilar el antiguo local para su galería. Eso unirá los destinos de las dos mujeres, a pesar de la diferencia generacional. ¡Madre mía! Cuando empecé este libro esperaba encontrarme la típica historia emotiva, inspirada en la Segunda Guerra Mundial, pero ha sido muchísimo más ¡vaya descubrimiento! En esta novela encontramos magia, la de los conjuros de Solinne. Encontramos intrigas familiares, y de las buenas. También romance y tragedias. Y giros, multitud de giros, que te van llevando de un lugar a otro, hasta encajar todas las piezas, en los últimos capítulos. La narración está realizada en dos tiempos y a dos voces. En el presente la joven Rory y la anciana Solinne, se alternan para narrar su historia, mientras que gracias a los flashbacks, descubrimos poco a poco la historia de Solinne y Anson en París, durante la guerra. Una historia narrada de manera extraordinaria que os recomiendo muchísimo si queréis leer una novela que trata la Segunda Guerra Mundial, con un toque único y diferente. |
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