Este corto relato, es una puesta en escena, donde las ilustraciones, apuntan el plato fuerte, al proporcionar la perspectiva de movimiento, y el relato resulta el maridaje perfecto, donde encontramos las notas del buen vino, Que ensalzan el sabor del plato a disfrutar, pues esto va mucho más allá de degustar. La historia de engaño para obtener ganancias inmerecidas de manera ventajosa, no es una novedad, Pero el trato que Dahl le da al mezclar de manera un tanto perversa las peculiaridades de los personajes con los placeres de la mesa . Si que me ha resultado nuevo y refrescante, tanto como un buen Burdeos blanco y afrutado. Una historia con un gran final. Aún sin llegar a los postres. Mejor el ilustrado que el escrito, pero complementarios e imprescindibles ambos , lo dicho. Maridaje perfecto. Oh. Cielos he perdido mis lentes.....Miau..! |