Segunda casa

No esperes demasiada acción en este libro, porque ese no es su punto fuerte. Tampoco llega a ser una novela costumbrista. Esto es lo que me ha dejado descolocada de esta novela de Rachel Cusk.

Por un lado, pasan cosas, pero tampoco son giros inesperados o una acción que te deje con la boca abierta. Por otro lado, me ha parecido plana en algunos puntos. No sé, este desequilibrio no me ha gustado demasiado.

Lo que sí me ha parecido llamativo es el punto filosófico del libro. Narrada en primera persona, como una carta o un monólogo dedicado a un tal Jeffers, la protagonista ahonda en sus pensamientos, ideas, vivencias y les da varias vueltas para poder entender el mundo que le rodea. Esta mujer no está pasando por un buen momento, aunque escuchándola cualquiera diría que nunca ha pasado por ninguno en su vida, ya que sus palabras desprenden angustia.

Aunque habla mucho de sí misma, de lo mal que lo ha pasado en su vida y en ese momento, no he empatizado demasiado con la protagonista. Esto no me parece un punto para nada negativo: de hecho, me llama la atención y me gusta que por una vez un personaje principal me caiga mal.

Como cada una tenemos nuestra manera de ver las cosas, intuyo que este libro da para mucho y que puede tener incluso varias interpretaciones según la persona que lo lea. Por eso invito a leerlo, para poder dar una opinión, ya que no es muy largo y tiene muchas reflexiones interesantes.