En ocasiones no es posible. Por más ilusión que tengamos al inicio cuando empiezas a conocerle y estás deseando que llegue ese momento del día que compartís. No, en ocasiones no es posible. Aunque pretendas que vas a entenderle y te esfuerces en ello, o aunque creas que sin entenderle, lo que puedas tener en común será suficiente para llegar a buen puerto. No es posible. Ni siquiera cuando tratas de tomar distancia, darte un tiempo para echarle de menos o para ver si el reencuentro aviva las ansias del principio. Y como no es posible, cuando llegas al final tienes dos opciones: lamentar el tiempo perdido o aprender de la experiencia. Y así es como resumo mi experiencia de lectura de este libro. Reconociendo la lección que he sacado: No, Rachel Cusk no es para mí. |