OJOS MARRONES CORRIENTES

Marilia se ha perdido, está en un bucle de oscuridad y por ello volvió a casa, donde sabía que se iba a encontrar segura y arropada por los suyos. Pero aún se ha vuelto más huraña, borde y está a gresca con sus hermanos por cualquier motivo.

Ella tenía otra vida diferente antes, pero desde que ha vuelto y volvió a la empresa familiar ha tomado el mando sin hablarlo con nadie, ni siquiera con sus hermanos que también están en el negocio familiar.

Marilia y Carlos, son hermanos, siempre han tenido una relación muy estrecha, pero desde hace un tiempo se han distanciado y sobre todo desde que ella volvió, Carlos, se ha alejado más, es más le está cogiendo un poco de tirria a su hermana. Pero ninguno de los dos es capaz de acercarse al otro.

Arturo es arquitecto, acaba de llegar y comprar una vieja carpintería y necesita los servicios del negocio familiar de Marilia. El primer encuentro entre ellos es de los más tirante por los prejuicios de Arturo y la confusión.

Arturo ha visto algo en ella, algo que le hace volver constantemente a ella. Porque aunque lo trate mal, le diga cosas que duelen; Arturo ha sabido verla de verdad.

Marilia no entiende porque Arturo es tan persuasivo, porque no la deja en paz. Ha sido todo lo borde que ha podido ser con él, pero él sigue insistiendo.

La atracción entre ellos va poco a poco, con las ganas de conocerse. Las ganas de acercarse son más grandes cada día, pero el miedo al dolor y el rechazo, a veces, les gana la partida.

Un secreto de uno de los hermanos de Marilia hará que ellos tengan que acercarse más, pero a la vez para ella es todo un dolor lo que descubre.

Un día... un día Arturo se cansa de que Marilia lo "use" y le dice cómo se siente y como ella lo hace sentir.

Todo explota cuando Carlos ya no puede más y le canta las cuarenta a su hermana, le hará escuchar todo lo que no quiere oír.