Uno de los mitos predilectos de nuestra cultura consiste en creer que las dificultades te hacen mejor persona, que constituyen la piedra en la que tu esencia se pule y refina. Pero la verdad es que normalmente la escasez, la depresión, la ambición frustrada y el sufrimiento dejan a la persona un poco descolocada. De ese mundo proceden los borrachos agresivos y los cabrones tiránicos.
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