Una escritora de muerte

Finlay es una escritora sin demasiado éxito que está pasando por una muy mala racha: no tiene un put0 duro; su ex-marido es un auténtico gilip0llas; la novia de éste es insufrible; y está pasando por el síndrome de la página en blanco. Cuando una mañana se reúne con su agente en un bar para hablar sobre su próxima novela, una cliente pone la oreja en la conversación e interpreta que Finlay es una asesina a sueldo, así que no dudará en contratar sus servicios para eliminar del mapa a su marido, que no es precisamente una persona honorable. Finlay, sin darse cuenta ni querer, aceptará el trato. Junto a Vero, la canguro de sus hijos, se verá involucrada en una espiral de delincuencia organizada que ríete tú de al Capone.

Con un estilo natural y desenfadado, esta novela me ha conquistado desde el primer capítulo. Sus personajes, hasta los más secundarios, son una verdadera maravilla. Con la protagonista es imposible no empatizar, estás deseando que todo le salga a pedir de boca aunque para ello tenga que convertirse en una asesina despiadada, bastante torpe por cierto, pero con un estilazo que ni las Kardashian.

He disfrutado muchísimo con su lectura y no me cansaré de recomendarla porque es de esas novelas que te hacen sentir bien y que son un oasis en medio del desierto cuando nuestros ánimos no están precisamente por las nubes: no hay mayor terapia que un buen libro.

Esperaré con ansias la siguiente aventura de Finlay Donovan ya que la última pág me dejó 'to' loca🤯🤯🤯