El año de la ira

Carlos Cortés nos presenta una novela con pinta de relato histórico, donde retrata la crueldad de la dictadura de los Tinoco, una época de la historia de Costa Rica que en el colectivo se ha intentado velar (en las clases de Estudios Sociales apenas si se menciona), pues son hechos que no encajan con la fantasía que sembramos en los niños y le vendemos al mundo, la de un país democrático, paciente y amante de la paz desde sus inicios republicanos con raíces profundas desde la época colonial.

El autor describe a partir de un narrador omnisciente la forma en que los Tinoco llegan al poder mediante un golpe de Estado y se apropian del país cometiendo grandes injusticias sobre todo aquel que fuera en contra de sus designios a la vez que se adueñan de cuanto recurso económico y beneficio está a su alcance. Para ello se sirven de sus esbirros y unos cuantos oligarcas y políticos que desde un papel solapado les permiten hacer mientras no toquen sus propiedades sin importar que el pueblo sufra y sea torturado.

Me gusta que, a su vez, el autor nos permite conocer diferentes puntos de vista de los hechos, no solo de los propios Federico y Joaquín Tinoco, sino también de otros que en favor o en contra formaron parte de los eventos, demostrando así que no hay verdad absoluta, sino la de aquel que lo relata y la que quiere creer quien escucha. Lo cierto es que con el asesinato de Joaquín se quiso poner fin a esa infamia de gobierno, aunque su influencia haya perdurado y dejado marca en el pueblo y los gobernantes posteriores que al querer lanzarlo al olvido han propiciado que muchos vicios y errores se sigan cometiendo.

Una novela que hay que leer, que analizar y que pensar.