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En una reciente convocatoria de la iniciativa Masa Crítica, organizada por el portal literario Babelio España, tuve la suerte de ser agraciada con la asignación de este libro, una de las obras para las que había postulado. En los dos últimos años en que he retomado mi afición por la lectura, uno de los alicientes principales para no abandonar e incluso incrementar mi ritmo de lectura ha sido la participación en varios retos literarios, que me han permitido descubrir autores y géneros desconocidos para mí hasta ese momento. En esta ocasión he tenido la oportunidad de incluir la lectura de este libro en dos de ellos: uno promovido por el 52 Week Book Club (que anima a leer un libro por semana, 52 en total) y otro por el portal Popsugar, ambos de índole internacional. Para el primero de ellos he completado el punto (#10) que requiere leer una obra sobre una persona real y éste es el caso, ya que está dedicado a descubrirnos la vida y obra de Amalia Domingo Soler, una escritora catalana de finales del siglo XIX de la que no había oído hablar hasta ahora. Para el segundo reto he completado el punto (#12) referido a una obra dedicada al más allá y es que la Sra. Domingo Soler se dedicó ampliamente al espiritismo, movimiento filosófico y espiritual que tuvo un gran auge en aquella época. Al principio lo que más me llamó la atención cuando llegó este ejemplar a mis manos fue su escaso volumen y número limitado de páginas. Es un librito de tapa blanda de menos de 120 páginas, pero esa breve y humilde presencia no le quita nada de interés a la lectura que vino después. Ya en el índice se nos muestra la estructura de la obra, empezando por hablarnos del movimiento espiritista de fin de siglo XIX y su expansión por Europa y América, que en nuestra época actual podría parecer increíble pensar que aquellos racionales ciudadanos victorianos pudieran creer en tales temas, pero aquí llegamos a comprender la razón del mencionado interés por aquellas cuestiones y que no se limitaba a invocar a los espíritus de fallecidos en oscuros salones. A continuación se resalta el hecho de la importancia de la figura de la mujer, no solo como médiums sino también como divulgadoras del movimiento espírita, como fue el caso de nuestra protagonista. Posteriormente la autora, experta en la literatura del siglo XIX y dedicada a rescatar del olvido a escritoras decimonónicas, pasa a detallarnos la vida de esta mujer, con la ayuda de ilustraciones y fotografía de la época, que no sólo fue una entusiasta espiritista sino también una pionera en movimientos como la defensa de los discapacitados y la enseñanza laica, siempre desde una visión avanzada para la época que supuso el homenaje póstumo de numerosas personas y colectivos beneficiados por su atención y ayuda. Como muestra de su obra de temática sobrenatural tenemos la ilustración que aparece en la portada, perteneciente a una de sus recopilaciones de cuentos. Mi conclusión es que me ha sorprendido este libro, ya que su breve extensión ocultaba una biografía y un movimiento muy interesantes de los que me gustaría saber más. |
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