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La ciudad de Valencia se ve sacudida por extrañas olas de violencia dos veces al año: en enero y en julio. Durante esos dos meses los cadáveres se amontonan, los valencianos viven aterrados y la policía está completamente desbordada. Han pasado ya más de dos décadas desde la primera oleada y las investigaciones apenas han avanzado. La ciudad mimética es una increíble mezcla entre thriller policial y novela de ciencia ficción. Un maridaje de lo más sorprendente que, al menos a mí, me ha sorprendido MUY gratamente. Nuestro principal protagonista, Eduardo, es un personaje súper complejo. de esos personajes a los que no sabes si amar u odiar. Un protagonista imperfecto en el que, poco a poco, vamos ahondando, descubriendo qué esconde en su interior. Pero no es él el único personaje de este gran libro. Y os garantizo que absolutamente todos ellos, en mayor o menor medida, os marcarán –para bien o para mal-. La intriga y el suspense se palpan ya con la primera frase del libro y se mantienen hasta la última. Es un libro muy oscuro pero, curiosamente, es una oscuridad nada desagradable. Es sorprendente cómo la autora consigue gestionarla, mostrando sangre y vísceras, asesinatos de lo más violentos, pero consiguiendo que estos no provoquen rechazo en el lector. La trama está muy bien hilada. No queda ningún cabo suelto y aunque me encantaría explayarme hablando de esta… creo que, cuanto menos sepáis, mejor. Es un libro que merece la pena leer sin saber a qué atenerse. En cuanto a toda la vertiente más fantástica y de ciencia ficción del libro, ¡mis dieces! Esta parte más creativa es un soplo de aire fresco en mitad del drama policial. Es increíble como en muy pocas páginas la autora es capaz de mostrarnos un impecable trabajo de worldbuilding que en ningún momento llega a resultar abrumador, haciendo que el lector sea perfectamente capaz de imaginárselo en su mente y vivirlo como si formara parte de nuestra propia realidad. Resumiendo, este libro es una constante de conspiraciones y sentimientos encontrados que te mantiene en vilo hasta el final. No puedo hacer más que recomendarlo y, desde luego, se va directo a mi pódium de lecturas del año. |
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