Martín sale de casa para ir a pasar las fiestas al pueblo. En el portal se encuentra con Ryan, su compañero de piso texano que debería estar volando en ese mismo momento a su Texas natal. al final, Martin invita a Ryan a pasar las navidades con él y su familia en el pueblo. Las cosas se ponen interesantes desde el principio, porque el abuelo de Martín es todo un personaje que los obliga a hacer unas cosas la mar de peculiares. Además, a pesar de ser compañeros de piso, Ryan y Martín a penas pasaban tiempo juntos y no se conocían demasiado, por lo que este tiempo juntos les está sirviendo para conocerse y enamorarse. Aunque Ryan dejará el país en unos meses y eso es un recordatorio constante y una traba a la hora de dejarse llevar por los sentimientos. La novela es corta, rápida, entretenida y divertida. Llena de momentazos y contrastes culturales, típicas situaciones familiares y alguna llamita de pasión para completar el relato. Los personajes son de lo más variopinto y el mejor personaje es el abuelo con diferencia. A veces los capítulos o algunas conversaciones terminan de una forma un poco abrupta, pero pasa todo tan rápido y en tan pocas páginas que se le perdona. |