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"- ¡Que todos seamos tan valientes en vida y a la hora de la muerte! - exclamó el emperador. - Amén -murmuré yo desde el fondo de mi corazón."Me gustó bastante esta novela sobre el legendario Esteban Gérard, personaje creado por Conan Doyle, él es un "Brigadier" aunque como el mismo autor aclara en realidad en el ejército francés no existía ese grado sino el de General de Brigada, pero le pone Brigadier para hacer más fácil el entendimiento al público inglés. Me encantaron las ilustraciones que tenía mi edición, fenomenales, con toda la indumentaria militar de la época.El libro es episódico, las aventuras aunque algunas se conectan en el tiempo con otras pueden leerse por separado. Cada capítulo que se publicaba en revistas de manera periódica habla de una hazaña de Gérard. Y aunque no sé el conocimiento que tenga el autor sobre el imperio napoleónico lo cierto es que muchos de los pasajes son muy bien ubicados en el tiempo y espacio.Gérard nos cuenta en primera persona sus hazañas con algo de petulancia aunque también con bastante humanismo. Se pinta como un valiente sin igual que ha recibido heridas de todo tipo de arma pero también confiesa sus temores o inclusos sus yerros. Todos los relatos se inscriben en el marco de las guerras napoleónicas, y como yo tengo bastante conocimiento de eso, me resultó aún más divertido porque muchos de los hechos históricos e incluso personajes son abordados aquí. Hay desde luego también bastantes aspectos de la vida militar, el ambiente está bien impregnado del miedo a la pérdida de honor, la búsqueda de aventuras, las traiciones, la indolencia a veces a la muerte de otras personas con tal de salvar el pellejo.Los episodios son muy variados, hay hazañas contra cosacos, contra jacobinos, contra reinos vasallos del Imperio, contra bandoleros españoles, es decir un gran resumen de aquella época. Muchas acciones me impresionaron, no llegan a un nivel épico ni al de legendario cual relato de Dumas, pero sí me dieron miedo, decepción y hasta algunas penas. Es una obra digamos que sirve bastante bien para pasar el rato pero no creo que sea tan profunda.Una de las cosas que más me gustó y me divirtió fue cuando Napoleón gritaba al pobre Gérard cual hijo y la devoción que tenía el general por su emperador.
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