Ioláni o Tahití tal como era

Este libro fue el primero escrito por el muy famoso, reconocido y genial Wilkie Collins, lo hizo siendo muy joven y cuando quiso publicarlo nadie se lo aceptó, así pues lo guardó en un cajón, años después conoce a Charles Dickens y gracias a esta amistad Collins logra publicar sus escritos por entregas y luego sus libros, pero este que nos ocupa nunca fue publicado, años más tarde lo vendió para convertirse en obra de teatro, misma que tampoco se llevó a cabo y así por cosas de la vida y del destino, nunca se volvió a saber de este escrito, se sabía de su existencia gracias a que el mismo Wilkie Collins lo había mencionado en varias entrevistas que le habían hecho, pero lo cierto es que con el paso del tiempo nadie supo dónde había quedado.

Fue hasta 1999 que apareció en una subasta y gracias a esto que fue publicado y hoy lo conocemos.

Bien, ya que conocemos la historia de este escrito, hay que decir de entrada que aunque se nota el estilo de la pluma de Collins, es completamente diferente a todo lo que, al menos yo, he leído de este autor hasta ahora.

Collins es más bien conocido por sus libros policiacos y sus tramas complejas de resolución de intrigas, este libro aunque tiene su intriga y se puede notar de entrada que es precisamente esto lo que ya le gustaba, más bien es un libro que trata sobre la venganza principalmente, pero también sobre la naturaleza humana, esa que resulta de los sentimientos más bajos en cuanto a quienes les gusta tener el poder, un poco tal vez también en cómo la religión o quienes manejan esta resultan en manipuladores de masas y hay también una historia de amor y odio.

Si bien es un libro algo entretenido me ha costado un mundo terminarlo se me ha hecho lento y pesado, pero sobre todo casi incomprensible, tiene una prosa tremendamente cargada y pesada, se nota que el joven Collins, como tal vez les podría pasar a muchos, quería lucirse al escribir esto, lo que resulta en florituras innecesarias, descripciones cargantes y palabrería sin sentido, hay mucha pretensión en este libro, en estas líneas no vamos a encontrar al prolijo y entretenido Wilkie Collins, tampoco veremos su peculiar sentido del humor, mucho tuvo que recorrer Collins entre este libro y las genialidades que lo hicieron famoso.

Ahora bien, resulta en un ejercicio interesante leer el primer trabajo de alguien tan reconocido como lo es este autor, es interesante ver como ha querido imponer un sentido de lo gótico en esta historia y para ello ha recurrido en plantear la historia en la Polinesia francesa, de manera que pudiera utilizar la brujería y la situación social de las tribus, es verdad que se nota que ahí había mucho talento, pero también le faltaba mucho para llegar a donde al final llegó en su escritura.

Para los fans de Wilkie Collins, como lo soy yo, podría resultar en un buen ejercicio esta lectura, sin embargo, no es en absoluto un libro que podría recomendar, no es fácil de leer y realmente cuesta seguirlo.