A pesar de los doce años que los separaban, Wilkie Collins y Charles Dickens eran amigos que disfrutaban (y nos hacían disfrutar) de sus diabluras literarias. En 1856 ambos escribieron para teatro (e interpretaron los papeles principales) la verídica historia de dos embarcaciones que, en 1845, desaparecieron con 128 tripulante desaparecieron sin que nada más se supiese de ellos. El éxito fue abrumador (nosotras también habríamos ido a verlos. Varias veces). En 1874 Collins decide presentar una versión propia y novelada del relato. |