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Me fue imposible resistirme a esa portada y la sinopsis terminó de encandilarme. La pequeña panadería de la isla es una historia preciosa que he disfrutado mucho leyendo. Me he teletransportado a esa maravillosa isla y he sentido sus olores y el sabor del pan que hace Polly. Ya había leído con anterioridad a esta autora, pero esta novela me ha parecido de un gusto exquisito. Su forma de estar narrada, de presentarnos a los personajes, de ver su evolución, las historias románticas que surgen en la novela, las pasiones, las traiciones e incluso las tragedias. La protagonista de esta historia es Polly Waterford, una chica de treinta y dos años que se encuentra perdida en ese momento de su vida. Se ha quedado sin trabajo, sin novio y sin casa y tiene que empezar de cero. Lo que la lleva a dejar todo atrás, menos a su amiga Kerensa a la que veremos a menudo en la historia visitándola, y a mudarse desde la ciudad de Plumouth a una isla mareal cercana, donde se puede costear una vivienda temporal mientras busca trabajo. Y ahí empieza a conocer a gente nueva, a hacer amigos y a encontrarse a sí misma. Personajes como Tarnie, Huckle, Neil el frailecillo, la señora Manse... hacen que toda la historia te atrape a seguir leyendo. Está narrada en tercera persona con unos dialógos que he disfrutado mucho. Es bonita y no es previsible. Me tenía en vilo la historia con Tarnie y con Huckle, y cada vez que pasaba algo me sorprendía. La trama está muy bien llevada. Hay drama, un funeral, un baby boom, una boda con la temática de la guerra de las galaxias, un frailecillo como mascota, un faro cuya luz no deja dormir bien por las noches y mucha superación personal. El final me ha parecido encantador, era lo que pedía la historia conforme se acercaba el final. La vida es dulce con Jenny Colgan. Sin duda, os recomiendo esta novela para disfrutarla de principio a fin y si sois amantes de la cocina, probad las recetas que vienen al final. |
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