El libro de Eva

Si bien me he introducido en la historia de una monja bibliotecaria que lo único que conoce y adora son los libros y el conocimiento; puedo decir que la época en la que se ha basado está muy adelantada a su tiempo.
Una monja de un convento en las afueras de Italia ha estado viviendo en la casa de Dios desde que tenía uso de razón por ser la hija bastarda de su padre.
En ese convento envían a aquellas mujeres (mayormente jóvenes) que están preparándose para la vida de casada, dedicarse a la iglesia o bien porque su familia evitó ciertos asuntos escabrosos que haya ocasionado la hija (como ser demasiado liberal con los hombres cuando eso en esos tiempos es ser pecaminosa, etc).
Beatrice es nuestra bibliotecaria bien dotada en el arte de las letras y los idiomas que no sueña con otra cosa que no sean los libros que tiene en el convento o los que le trae su amigo Tomis (ya que ella se impone a sí misma no cruzar las puertas del convento, a lo que sus hermanas también aludieron).
La vida de esta poco convencional monja da un giro de 180º cuando dos mujeres que no hablan su idioma siquiera se presentan en un estado espantoso en el convento, provocando el revuelo de las novicias y de las madres superioras por igual. Intentando ayudarlas sin mucho consuelo, ellas acaban falleciendo, no sin antes darle un pequeño libro a la hermana bibliotecaria.
Al principio no sabe qué hacer con este, porque cuando lo abre, está en blanco, careciente de tinta o manchas. Lo único que ve que tiene mucho mérito es la encuadernación. A priori no hay nada del otro mundo, pero ella va teniendo un presentimiento de que puede ser algo más que se esconde tras las páginas vírgenes.
Este libro no es un libro cualquiera, es el libro de Eva, no es un spoiler porque el propio libro te lo advierte.
En esa época solo se podía adorar al Padre y al Hijo porque ellos obraban los milagros y si ibas por el camino equivocado, se podría considerar herejía; Beatrice descubre tanto por el camino del Padre como del otro, los poderes que otorga a aquellas (porque sí, solo son mujeres quienes reciben esa protección) que adoran y veneran a la Madre.
Una historia bélica con un comienzo mundano y rutinario que progresa obteniendo tintes de fantasía un tanto mística (y ante el desconocimiento, tétrica) y un nuevo concepto de fe que en ciertas escenas ponen los pelos de punta.
Beatrice ha sido un personaje que ha tenido un desarrollo creíble teniendo en cuenta la época y sus ideales, y es cierto que al inicio del libro resultaba un poco largo ya que me daban demasiados nombres de monjas (la descripción de su aspecto físico no me alentaba demasiado a seguir leyendo); no obstante, hice bien en acordarme de ciertas mujeres de la historia porque acaban proporcionando muchos puntos de vista y nuevos propósitos a Beatrice. Por ejemplo Diana al principio pecaba de soberbia y vanidad porque recientemente la llevaron al convento habiendo hecho cosas que una monja no debería hacer, pero luego hay un capítulo en el que se nos presentan a estas dos mujeres entablando un vínculo bastante único y obteniendo a una Diana real y nada vanidosa sino humilde y fiel a sus principios. Tiene metido en su carácter la frase de "el dinero sigue siendo dinero, lo ganes donde lo ganes y como lo ganes, nadie tiene la necesidad de justificar el origen de lo que te permite llevarte el pan a la boca".
Junto con Diana, otros personajes que me sorprendieron gratamente fueron Hildegard, Tamara, Timofea y por supuesto, la hermana Chiara.
Una monja como ninguna otra, con su propio pasado y una personalidad que arrolla y acoge a cualquiera que necesite ayuda, provenga de donde provenga.
Hablaría mucho más de este libro de carácter bélico y magia divina, pero lo mejor es leerlo uno mismo y sacar sus propias conclusiones.
Sinceramente, no esperaba mucho más del libro y sin embargo, a pesar de la puntuación, es una lectura que te deja con la intriga de lo que va a pasar en cada capítulo; por no hablar de que todo el libro transcurre en una semana, la de la Resurrección del Hijo (efectivamente, la Semana Santa).
Tengas una religión u otra, este es un relato que cuenta la historia de un convento lleno de mujeres cuyo pasado les acaba llegando de nuevo y que para enfrentarlo, se unen o defienden sus pensamientos, la raíz del feminismo bélico como nunca antes se ha podido llegar a leer.
Solo puedo decir que, aunque no crea en el Padre o en el Hijo... Gloria a la Madre y a todas sus hijas.