El libro de Eva

Cuando sabes que un libro conlleva detrás el esfuerzo mayúsculo de un autor y editorial, pero no te gusta, es difícil poder hablar de él con el respeto merecido. No queda más que intentar poner sobre el tapete los puntos positivos y negativos y dejar al libre albedrío de cada uno su juicio final.

El libro de Eva parte de una premisa excepcional, un convento de corte medieval, en un contexto natural, casi bucólico, donde a la hermana bibliotecaria, le es legada la custodia de un libro milenario. Este libro, que menta muy simbólicamente a Eva como ser femenino primigenio, abre la puerta a un mundo esotérico y mágico, a una pseudo religión donde la Madre, entiendo que naturaleza, es el tronco de una doctrina, que tiene el poder de transformar a aquellos que toman contacto con el libro. Cuidado, que vienen curvas, transformar en el sentido más físico de la palabra, en árboles, aves, todo tiene cabida bajo su poder.

Tras un inicio prometedor, donde yo ya me las daba de feliz con mi historia medieval con reliquia ancestral rodeada de magia y misterio, me topo con una historia lenta, cuasi somnífera, donde la trama no acaba de arrancar, y cuando lo hace, es tan bruscamente, que parece que te hayas perdido trozos de texto por medio, se torna tan fantasiosa, que se desinfla totalmente. He vuelto páginas atrás asombrada, pensando haberme perdido algo, la narración es deslavazada, caótica, con hechos incomprensibles incluso partiendo de una premisa mágica.

Los personajes circulan como pasando lista, sin profundizar en ninguno, monja para arriba, monja para abajo, llega un momento que ni se diferencian, por el medio intercalo un malo malísimo, y una hermana tan buena que se convierte en mártir y símbolo de una pseudosecta emergente de vida y de poder.

Lo bueno, que la historia es simple, fácil de leer, con un trasfondo feminista y de sororidad bastante decente, además de un canto a la naturaleza, la tolerancia y el respeto. La ambientación es buena también, un muy correcto acercamiento a la vida en los conventos de la época. Una historia que no ha encajado conmigo y que debéis valorar siempre con la mira puesta en que, lo que a unos disgusta a otros puede encandilar.