La última mujer sobre la tierra

Estamos acostumbrados en este tipo de libros a un protagonista que o es un ex-militar, científico, ... con buena base para sobrevivir o aunque sea un tipo/a normal es tan resolutivo, que se convierte en el "perfecto" superviviente. Si te esperas eso en este libro, mejor deja de leer. Porque la protagonista del libro ni es resolutiva, ni tiene madera de superviviente, ni nada por el estilo: es la maestra de procrastinar, lleva la pereza a la máxima expresión y su técnica ante los problemas es la del avestruz o los niños pequeños (si no lo veo, no existe). Y es por eso por lo que me ha gustado el libro, porque refleja esta situación límite desde el punto de vista de una persona real, de alguien como nosotros, tal vez con algunos problemas mentales que no encajan con nuestras vidas, pero más cercanos y parecidos a nosotros que el Matt Damon de The Martian.

El libro está escrito en primera persona por la protagonista a través de una especie de diario que está llevando desde que se quedó sola ante el peligro. Alterna momentos de su presente con recuerdos, flash-backs de su pasado, dándonos una visión más completa de como es esa persona. No hay diálogos, excepto los de sus recuerdos prácticamente; recordad que está sola en ese mundo desolado. Su única compañía es ese diario y un perro escuálido que ha rescatado por el camino.

A pesar de lo que pueda parecer con la forma en que está escrito, el libro no resulta aburrido ni monótono. Me ha gustado mucho el ritmo y como cuenta la historia, tanto la presente en que no se engaña a si misma sobre como reacciona ante la situación como en el pasado, donde nos muestra una persona que está avasallada por ser como quieren los demás que sea (o lo que ella piensa que quieren) y no buscar cómo es ella en realidad. Y si a eso le sumas ese final tan sorprendente, que me ha dejado un tanto descolocada, pues tienes un buen libro que recomendar.