La nieta del señor Linh

Qué impresionante novela. La verdad es que es un regalo inolvidable que nos ha hecho su autor, Philippe Claudel. Estoy convencida de que volverá a mi pensamiento en muchas ocasiones. La leí hace ya un tiempo y aquí está de nuevo.

¡Cielos!, cómo me he quedado al leerla. Es muy impactante y a la vez tan entrañable y delicada.

Una extraordinaria obra que te lleva por el camino de la soledad junto al señor Linh, un protagonista de excepción.

Sorprendente y maravillosa lectura en la que además de la soledad, también nos acompañan los sentimientos y la humanidad. ¿Pueden expresarse más sentimientos y emociones en las páginas de un breve libro?

Breve, sí, pero entrañable, intenso y sobrecogedor. Dejando la adjetivación que no deja de avasallarme, voy a intentar comentar la emotiva historia que nos acerca a la amistad y también al amor en aquellas personas que han perdido lo que más querían.

Y esto es lo que el señor Linh, procedente de un país asolado y destruido por la guerra, en la que han perecido sus seres queridos, debe afrontar.

Y junto con su pequeña nieta Sang Diu, viaja en un barco hacia una casa de acogida en una gran ciudad. Y sin conocer el idioma, ni las costumbres, sin conocer nada ni a nadie, intenta sobrevivir con el único interés de salvar a la pequeña, a la que viste y alimenta con verdadera veneración, ternura y devoción.

Esa es su única preocupación y motivo para seguir adelante con su soledad. Entonces aparecerá un hombre, el señor Bark, y una gran amistad, aún sin entenderse con el idioma, se conocerán en lo más importante, no hay ninguna duda.

Y es que vemos el alma de sus protagonistas. Se unen, se entienden, se relacionan, se buscan y se encontrarán. Ambos han sufrido, han perdido a seres queridos, y ¿qué les queda?
Respuesta, la humanidad.

Porque es un libro lleno de sentimientos, también los nuestros afloran intensamente. Es un libro de pérdidas, aunque también de encuentros, y en definitiva, es un gran libro sobre la bondad humana pero también la destrucción, el desarraigo. ¿Nos reconocemos?

Así, en una calle cercana al centro de acogida y en un banco sentados, haga frío, llueva o haga calor, es donde empezará y surgirá, de manera pausada, esa gran amistad, porque, a pesar de hablar idiomas distintos que no conocen, también queda claro que tienen uno muy poderoso en común, y esta es la magia que es capaz de transformarlo todo en una fábula sobre la amistad, también sobre la identidad y la negación a la renuncia. Aquí la tenemos y es espectacular.

Sin embargo, podemos encontrar algunos rasgos que te llevan a hacerte preguntas muy pronto, te hacen pensar, incluso volver atrás y adelante con cierta extrañeza, pero sobre todo, aparece una inmensa inquietud, que no te abandona hasta las últimas páginas y su final.

Hasta que descubrimos lo que nunca sospechabas. Una sobresaliente revelación final. Inmenso, poderoso, grande, inquietante siempre.

Durante toda la lectura, se va incentivando el interés hasta la última página, donde un gran final inesperado, sorprendente y conmovedor, te arranca a partes iguales, el dolor, la ternura , el asombro, una sonrisa y una lágrima.

Una gran y enternecedora lectura, imprescindible. Les aseguro que no se arrepentirán. Aunque tal vez, ya la leyeron.

Absolutamente recomendable.