Tal vez sea la voluntad de los judíos de sobrevivir y sobrellevar, de empeñarnos en nuestras creencias más elementales pese a las circunstancias más horrorosas, lo que le da a Simon la fortaleza para sobrevivir, sobrellevar y aferrarse a su identidad judía y su humanidad, para seguir su sentido moral aún cuando una parte nueva, oscura y entrometida lo insta a rechazarlas. Pero cualquiera que sea la fuente, al luchar por conservar su humanidad, Simón demuestra que pese a ser un vampiro no es ningún monstruo.
Demuestra que es un héroe.