 |
Hace ya un tiempo que me di cuenta de que esta saga no es para mí, aunque la terminaré porque a testaruda no hay quien me gane y porque ya estoy prácticamente al final. Es una saga que debería haber leído hace mucho, cuando tenía la edad para apreciarla y antes de tener muchas más lecturas en mi haber. Ya estoy cansada de la pareja Jace-Clary, estoy cansada de como la autora se saca obstáculos de cualquier lado y como todos tienen que plegarse una y otra vez a los deseos e infortunios de los dos. Sobre Simon, lo mismo de siempre. Dice que ha superado a Clary pero yo no veo la superación por ningún lado por más que también le guste Isabelle. Jocelyn, para no romper la tradición, no hace nada más que importunar. Vaya personaje más molesto. Debería haberse quedado dormida de por vida o despertar a 10 páginas del final de toda la saga. Magnus y Alec, como ya viene siendo normal, son lo mejor del libro e incluso Jordan y Maia aportan más que Clary y Jace, o al menos captaron más mi antención. Lo mejor de la historia, por lo demás bastante normalita ha sido Sebastian a quien más que odiar, comprendo. Creo que Sebastian es de los personajes más complicados que ha creado la autora, posiblemente el que más. Y a pesar de todo lo malo que hace no puedo evitar pensar que aún con la sangre de demonio que corre por sus venas si lo hubieran tratado de forma diferente no sería tan malo. Todo el mundo le ha dado la espalda, incluída su propia madre, y la única persona que lo crió y se preocupó un poco más por él, Valentine, sólo lo veía como una herramienta más que como alguien a quien querer y atesorar. ¿Así quién no iba a salir torcido? |
>
