La Torre de Cristal

Los diferentes países son diezmados por el TD, un virus respiratorio que causa miles de muertos. Y ese es el momento que elije el planeta para vengarse por siglos de maltrato. Numerosos Tsunamis hacen desaparecer las tierras costeras, y sus habitantes deben huir a las zonas interiores.

En el año 2039 Nueva Madrid tiene dos tipos de habitantes, los privilegiados, que viven en un complejo protegido, y los desposeídos, que sobreviven como pueden en los alrededores de esa Torre de cristal.

Fran Ciaro nos ofrece una adictiva distopía narrada en primera persona. Tenemos múltiples narradores, lo que hace que conozcamos sus historias y sus diferentes puntos de vista.

Eric es un muchacho de diecinueve años que sobrevive como puede en una fábrica abandonada con Ricardo, su mejor amigo. Es un chico tranquilo que se conforma con lo poco que tiene. Ricardo por el contrario se busca la vida con trapicheos varios.

Violeta tiene la misma edad que Eric, pero una vida muy diferente. Forma parte de la élite de la Torre pero se escapa con frecuencia a los suburbios.

La novela tiene un ritmo muy ameno y engancha desde el principio, ayuda el que los narradores parezcan mantener una conversación con el lector y que se intercalan las diferentes historias. 

Conocemos bien a los protagonistas y secundarios, lo que permite sentirlos más cercanos Tenemos  personajes muy interesantes y con un marcado protagonismo. El autor nos da a conocer los hechos que han provocado la situación actual en muy pocas palabras. Sin aburrirnos, hace que conozcamos todos los datos relevantes mientras nos ubica en el presente.

La trama está muy bien hilada y nos aporta un pequeño misterio que, aunque previsible, es interesante y queda resuelto.

La novela está dirigida a un perfil lector joven y eso me preocupaba un poco, ya que por edad estoy lejos de ser el público objetivo de la obra. Pero, aunque la trama sea sencilla, no he sentido que me faltase nada. El autor nos hace pensar en las cosas que somos capaces de ha de los seres humanos, y es algo que siempre viene bien.

El lenguaje es sencillo y el ritmo muy ágil, no paran de ocurrir cosas que nos mantienen enganchados.

La historia transcurre en unos pocos días, por lo que el romance es muy rápido. Violeta y Eric se sienten atraídos según se conocen, y las situaciones vividas ayudan a reforzar su unión.

Me lo he pasado muy bien con una lectura que me ha durado muy poquito. Estoy muy contenta con este libro lleno de acción y aventuras, con historias personales muy interesantes y tristes, pero con una fuerte sensación de superación personal.

No conocía al autor, ni en su faceta de escritor ni en la de comunicador, pero seguiré la pista a sus futuras obras. Si os gustan las novelas de distopía, con un ritmo ágil y de tomo único, os animo a darle una oportunidad a esta.