Un cadáver en la biblioteca

De los cuatro libros que he leído de la autora, éste es por mucho, el que más he disfrutado y me ha tenido al filo del asiento, preguntándome quién sería el verdadero asesino. Y es que candidatos había bastantes, pero por tal o cual razón, parecían tener una coartada, porque motivos no faltaban. Un cadáver en la biblioteca trata sobre el descubrimiento, en la casa de la familia Bantry, de una joven mujer muerta. Los esposos no conocen a la chica y no hay nada que los ligue a ella –ni historia ni testigos. al principio no hay pistas de la identidad de la chica, pero eventualmente un reporte de desaparición los lleva hacia el hotel Majestic, en donde descubren que se trata de Ruby Keene. Pronto se revelan una serie de relaciones con la familia Jefferson, envidias y avaricia, que estarán vinculados al deceso.

Sin embargo, lo más interesante para mí fue, sin duda, el personaje de Miss Marple. He de reconocer que me ha costado conectar con el personaje de Poirot en las otras novelas de Christie, y en general con sus demás personajes. Pero Jane Marple es, simplemente, entrañable, humana –un personaje completo e interesante. Es una “detective” amateur, que ayuda, a través de su intuición, a resolver casos de crímenes en el pueblo de St. Mary Mead. Y lo hace atando cabos que pueden darse por hecho por el resto de las personas, incluido la policía. He de reconocer que no puede evitar que Miss Marple me recordara a mi mamá, en su perspicacia y cuestionamiento a todo:

“La verdad es, ¿comprenden?, que la mayoría de la gente… y no excluyo a los policías…es demasiado confiada para este mundo tan malo. Yo nunca lo creo. Tengo la manía de querer comprobar las cosas por mí misma.”

Lo que hace sin duda, a un verdadero detective.

Por último, el estilo narrativo en esta novela me pareció mucho más fluido que en las otras que he leído de la autora –ágil, en donde un misterio se devela uno tras otro y me mantuvo interesada todo el tiempo.