La muerte de lord Edgware

No se qué más podría decir que no haya dicho ya sobre Agatha Christie, la mujer era una escritora fuera de serie, más allá de sus historias y sus personajes, su manera de narrar, de escribir, es que es tan entretenido y fácil leerla.
En esta ocasión el buen Poirot se encuentra con el asesinato de un hombre y como siempre, comienza el uso de sus células grises para desenmarañar el misterio.

Me encanta que el narrador sea Hastings porque a veces es tan inocente que sus pensamientos hacen que la inteligencia de Poirot deslumbre, aunque en esta ocasión en particular el Inspector de la policía, Japp fue dibujado como un hombre tan tonto, tan obtuso, necio y lisonjero que a mi parecer la buena Agatha se pasó de tueste.
Por primera vez me he encontrado adivinando quien es el culpable, debo añadir que es la primera vez que me sucede en un libro de esta autora, así que ¡felicidades para mí! Aunque mis deducciones no le lleguen a la suela de los zapatos a Poirot, creo que si me conociera me habría felicitado por mi uso maravilloso de las células grises.
¡Bien por Agatha y a por el que sigue!