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Al igual que todas las novelas de Agatha, te mantiene pegado a la lectura intentando descifrar quién es el culpable. Algunas veces se puede entrever, pero en este caso me ha sido imposible imaginarme qué personaje sería por la cantidad de posibilidades que había. Los detectives, en este caso Narracott, se quedan en un segundo plano, para dejar el protagonismo de la investigación a Emily, la prometida del sospechoso detenido, que con ingenio consigue descifrar el misterio para demostrar que su novio es inocente a pesar de tener demasiadas pruebas en su contra. Como en todos sus libros, la lectura se hace muy amena y entretenida. El lenguaje que utiliza la autora es sencillo y muy cómodo de leer. En definitiva, entretenida de principio a fin. |
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