El misterio de Pale Horse

Después de un tiempo sin leer a Agatha ya tocaba volver a sumergirme en una de sus historias y en esta ocasión ha sido con una de sus novelas independientes, sin Poirot utilizando sus células grises ni Miss Marple husmeando por doquier en busca de pistas. Y debo decir que me ha gustado más de lo que esperaba.

La historia comienza con la aparición de una lista con varios nombres, y con el paso del tiempo las personas de esa lista van muriendo de manera natural. Coincidencia para muchos, pero no para Mark Easterbrook, nuestro protagonista, que con la necesidad de resolver este misterio se embarca en la búsqueda de pistas, pruebas y conexiones entre esa lista y un lugar llamado Pale Horse, que no deja de aparecérsele por todas partes.

A través de una trama que empieza de una manera muy misteriosa, Agatha va construyendo una historia que me mantuvo bastante despistado hasta bien entrado el libro pues no sabía muy bien por donde podían ir los tiros, y esa es una de las cosas que más me ha gustado. Además, es un libro bastante diferente a los que he leído hasta ahora, ya que Agatha introduce algunos toques de brujería popular que le dan a la historia cierto toque “paranormal” que encaja a la perfección con la trama.

Los personajes, como siempre, tienen ese toque característico de las novelas de Agatha, y pese a no estar Poirot o Miss Marple (aunque aparece Ariadne Olivier, personaje recurrente en algunas novelas de la autora), se deja disfrutar muy bien.

Una novela amena, entretenida y bien construida que te mantendrá pegado a sus páginas hasta el final.