No es de sus obras más conocidas y me ha sorprendido para bien, porque es de esos libros que parecen sencillos, pero son muy disfrutones. Y es que Poirot no decepciona. El belga está soberbio en esta investigación, como hila cada pista, como reconoce sus errores y su interacción con el inspector Girauld, es puro entretenimiento. Pero me vais a permitir que destaque a Hastings, que como narrador siempre es un auténtico deleite y, aunque en esta historia no está muy avispado, para mí, Poirot no brilla igual sin él. Son como Batman y Robin, Sherlock y Holmes, Mulder y Scully; para mí el uno sin el otro no tienen el mismo efecto. Pero sobre todo, las pistas están 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗵𝗶𝗹𝗮𝗱𝗮𝘀 y hacía mucho que no leía a la autora en todo tu esplendor. Esta es la Agatha que me encanta. |