He leído que es mejor que Jane Austen. No. Que es una autora celebrada por Henry James. Eso sí puede ser. ¿Es la grandísima historia que me esperaba? No ¿Es mala? Tampoco. ¿Entonces? Las expectativas, queridas, las expectativas. Cholmondeley habla (o deja entrever) temas que en la época eran tabú (tampoco hemos avanzado tanto), es irónica y tiene una buena construcción de los personajes principales (porque son dos amigas las protagonistas y no una). La historia gira (más o menos) alrededor de Rachel y Hester, dos amigas a pesar de ser tremendamente distintas: una, escritora muy talentosa e incomprendida que ya ha publicado con éxito; la otra, rica heredera prometida. El resto de personajes me hacen recordar un gag de Benny Hill, con gente correteando sin dirección, tropezando y haciéndote tropezar (a ti no, que estás cómodamente sentada en tu butaca, a las protas de verdad); me agotan. Debería haberme entusiasmado con esa lengua viperina suya, pero no. Esas malditas expectativas. |