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Este libro fue mi primera lectura del #marzoasiático de este año. Cuando fui a cogerlo en préstamo de la biblioteca, vi que lo habían categorizado como "ficción moderna y contemporánea" y me dio esa mezcla de risa y hartazgo que me da cuando alguien que no tiene ni idea de qué es la ciencia ficción me dice que no le gusta la ciencia ficción. Por lo visto dicen de él que "escapa del género". ¿Que quizá se podría tomar como una manera de librarse de los prejuicios para así acercar la ciencia ficción a gente que de otra manera no la leería? Puede ser, pero flaco favor se le hace al género de esta manera. Además, personalmente me inclino más por una razón elitista que de divulgación, si bien es cierto que soy malpensada por naturaleza. Sea como sea, lo que encontramos en este libro no es nada que no se haya explorado ya un montón de veces en la literatura de ciencia ficción. No plantea nada nuevo e incluso retoma varios clichés del género. Y conste que lo he disfrutado mucho, muy especialmente los tres últimos relatos, pero eso de que escapa de la ciencia ficción... va a ser que no. En fin, centrándonos en el libro, destacaría que todos los relatos tienen un componente científico-técnico riguroso y abordado de manera asequible, a pesar de resultar bastante introspectivos e intimistas. Y con un punto melancólico que, unido a unos finales bastante abiertos a la interpretación, deja una cierta sensación descorazonadora que da para reflexionar bastante. «¿Será que solo las personas que se percatan de las grietas de la vida inician su propia búsqueda para encontrar las verdades del mundo?» «Sin embargo, hay una frase que quedó grabada en mi mente. Cada vez que me la leía, la abuela sonreía: Es un organismo fascinante y hermoso.» «Porque ellos habitaron en nosotros.» |
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