Estuve en un útero durante meses pero no recuerdo sus pechos, sus manos, no tuve una madre que me llevara de la mano.
|
Estuve en un útero durante meses pero no recuerdo sus pechos, sus manos, no tuve una madre que me llevara de la mano.
|
Hay gente que busca su desgracia como el agua sucia busca el desagüe.
|
Ni tampoco se había quitado la gente de la cabeza el sentimiento de resignación, esa actitud negativa que hace que te tomes con fatalismo el hecho de que el cuerpo se degrada, una resignación que se disfrazaba de cristiana, pero que hoy ya sabemos que podríamos llamarla resignación animal, de lo que los científicos llaman pre homínidos que no se sienten responsables de su destino
|
Vivir más para sufrir más. Nadie encuentra alivio en los últimos años de vida, que son siempre amargos, o, en el mejor de los casos, inanes: amargura que se añade a la amargura, o inanidad, demencia, que, al fin y al cabo, quizás sea lo mejor.
|
El hombre se humaniza cuando se levanta a dos patas para mirar de frente un cuadro colgado en la pared de un museo, o cuando se dobla para sentarse en una silla y, antes de desmoronarlo con la primera embestida de la cuchara, contempla un instante el plato que acaban de servirle y admira el montaje, la presentación, y acerca un instante la nariz para capturar sus aromas. Adiós al mano, te presento al hombre.
|
Matías bromeaba con él, y le decía: Si odias tanto la literatura, ¿para qué escribes?, y él le respondía con aquello que Charlot le decía a Claire Bloom — creí que odiaba usted el teatro— en Candilejas: También odio la sangre, pero me corre por las venas. No busques más explicación. Eso que tanto odiamos en lo que hay dentro. Esos elementos son nuestra vida [...]
|
Qué alivio la oscuridad.
|
De dónde coño viene esta pena, de dónde sale este dolor.
|
"Los norteamericanos han derramado sangre para conseguir su constitución y su poder y su bienestar. Siguen derramándola, dentro y fuera de sus fronteras, para seguir siendo un pueblo orgulloso y rico. ¿Y quién le niega el derecho al proletariado a derramar sangre para liberarse, para aspirar a su parcela de felicidad? ¿Con qué autoridad lo hace esa burguesía que lo ha enviado a matar y a morir por todo el mundo? El proletariado ha derramado sangre en Alemania, en Francia, en Rusia, en todos los desiertos de África, en las selvas de Asia y América Latina. Ha derramado sangre cuando la burguesía lo ha enviado a cualquier parte del mundo a trabajar a la vez como carnicero y como buey que muge atado al pilón en el que el matarife va a descabellarlo, la ha derramado en Vietnam, en Bolivia, en Angola, en Nicaragua. Le ha dado un petate, un fusil; a veces hasta una máscara antigás, y en el mejor de los casos unas botas, y lo han enviado a matar y a morir Pero cuando los proletarios piden derramar sangre en su propio interés, se les niega el derecho. ¿Con qué autoridad se les niega el derecho a seguir haciendo el trabajo para el que se los preparó?..."
+ Leer más |
¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?